martes, 8 de septiembre de 2009

Ultimo aullido


Camino, junto a la gran esfera blanca. Me guio por ese olor, su olor, la esencia de todo mi ser.
Siento…como me llama, necesito encontrarme con ella, que me reconozca en cuanto me vea, que me diga que me quiere, que me desea.
Quiero, que al regresar a casa me abrace, me abrace con todas sus fuerzas sobre su pecho; como solía hacerlo antes.
Pero despierto de golpe, la luna ya no me acompaña. La cálida luz me quema y mis ojos vierten lágrimas sobre la arena, profano un aullido al viento para que se lleve mi sufrimiento.
No fue real, sino, un sueño. El mismo sueño que tengo una y otra vez cada noche desde que te perdí. Es tu ausencia la que me daña tanto, el no poder verte, tocarte, oírte o incluso olerte es eso lo que me está matando.
Quiero que sepas que mis lunas ya han pasado y que este viejo lobo su final ha alcanzado. Puedes estar orgullosa de tu fiel amigo, ya que, mientras le quede un último soplo de aire evitara que caigas en el olvido.
Ahora perdóname, voy a cerrar los ojos y con un poco de suerte en menos de una hora solo seré un trozo de carne sobre un montón de huesos con el que alimentar a los cuervos.
Por ti, cierro los ojos y lanzo mi último aullido al viento.

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