Terminada la noche, puestas las cadenas. Llora desconsolada por la injusta condena.
Jugó a ser buena y de víbora la trataron, su ayuda ofreció y su vida le arrebataron.
Ahora vaga sin rumbo la pobre niña tonta, que jugó a ser buena y de víbora la trataron.
Terminada la noche, puestas las cadenas. Llora desconsolada por la injusta condena.
Paga sumisamente por un omicidio no cometido, purga sus penas con su corazón marchito.
Busca consuelo en el mansuleo de su único amor, amor prohibido.
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