Esa noche Ella había sufrido una recaída, había olvidado la razón de su vida.
Partió de madrugada, sin prisa llegó a su destino. Miró al cielo con lágrimas en los ojos. Un último recuerdo, un último suspiro..., un último pensamiento:Lo siento
-Noche clara, sin ti amarga. Noche lluviosa pero hermosa. Noche solitaria, noche tranquila. Dulce noche suicida-predicó con una leve sonrisa en su rostro.
Y decidida, decidió poner fin a su agonía. Armada de un valor sobrehumano, dedicó su muerte al viento, fiel testigo de su obcecación y sufrimiento.
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