lunes, 15 de noviembre de 2010

...

Y pese a que el tiempo pasa y nos vamos alejando, en vez de olvidarnos nos vamos reencontrando.
Mirada al pasado. Cómo éramos, cómo somos. Lo mucho por lo que hemos pasado en parte ya ha sido censurado, pero aunque no queramos hay etapas que a fuego nos son grabadas.
Herida profunda que no tiene cura, infección penetrante que nubla tu semblante, más de aparente dolor te inunda cuando por la noche tu mente moribunda rememora su derrota.
Y no me siento culpable aunque mis palabras me fallasen, ya que tu actuación me fue indignante.
Y de haber sido persona sincera me hubieses dicho la verdad y no contado una novela.
Me miraste con ojos suplicantes sin entenderme en aquel instante y la presencia de aquel ente indeseable no ayudó ni a tu causa ni a declararte.
Pero nada de eso importa porque a los cinco días me olvidaste, realmente no me conocías como para poder compartir mis días restantes.
Y escribo esto solo para desahogarme, puesto que guardar silencio no ayuda a nadie. Por suerte para tí ya te reencontraste y finalmente parece ser que amas a alguien. Con mi más sincero respeto, espero que ese amor te sea duradero.
Y no te sientas culpable si lees esto, pues fui yo quien pecó en esceso y si volviesemos a encontrarnos en la misma situación, como lo fue aquella noche de mayo, ten por seguro que aunque mis palabras fuesen distintas, no hallarías la respuesta definitiva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario