Si la muerte me llevase
por mí usted no se alterase,
guarde lo que siente
en un baúl bajo llave.
No malgaste lágrimas,
evite sufrir una sequía.
Y aunque le cueste,
vista su rostro con fingida alegría.
No me lleve flores,
que por la tarde se marchitan.
Prefiero que vivan
a disfrutar de su compañía.
No quiero que lo haga,
pero si le ayuda,
olvídese de mí y búsquese a otra
cuya vida todavía perdura.
Y cante, no se reprima.
Mi cuerpo está muerto,
pero mi alma se mantiene viva
y disfruta de su voz, aunque usted no lo perciba.
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