¡Hola a todos!
Buscando una libreta donde pasar a limpio mis apuntes he hallado una que contiene fragmentos y dibujos de lo que fue mi infancia. Quería compartir con vosotros una historia inconclusa que escribí cuando tenía unos seis o siete años y que ya denotaba una gran imaginación por mi parte.
Una rosa de poco valor.
Una rosa floreció en un rosal de poco valor. Pero esa rosa no era normal y corriente, sino algo mágico.
La gente no se fijaba ni en el rosal y ni en la rosa.
Un día una niña, no una niña cualquiera sino la elegida, vio la rosa dorada y la cogió. Se la enseñó a su madre, pero no la escuchó. Se la enseñó a su padre, pero la ignoró.
La niña, triste, cogió la flor y se fue de su casa en busca de alguien que la escuchara, en busca de alguien que la creyera.
Pasaron días y meses pero no logró nada; hasta que un día lo encontró. No fue nada común y corriente sino una cosa que nadie comprendería: la llamó un caballo dorado con alas y un cuerno. Un ser precioso, bello, digno de reyes.
La niña asombrada no supo como reaccionar a semejante belleza.
El caballo la llamó otra vez.
(Bueno este sería el cuento. Obviamente he cambiado algunas cosas para que tenga más o menos sentido)
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