Qué difícil es decir adiós. Poner fin a aquello que comenzó años atrás, y ahora, de pronto, ha alcanzado su final. Las horas que juntos pasámos compartiendo risas, compartiendo lágrimas, compartiendo horas de estudio y horas sin hacer nada. Momentos que perdurarán por siempre en la memoria, y que por grande que sea la distancia que nos separa, nunca desapareceran.
Me llevo vuestra amistad, sincera y verdadera. Vuestro espíritu: almas jóvenes, insaciables, anhelantes de lograr cualquier cosa.
Nuestros recuerdos me hacen compañía, cuando al tumbarme en el lecho pienso en vuestros rostros.
Tres años son el equivalente de toda una vida junto a los focos y no tan focos, una vida, que si me dieran la opción de repetir...volvería a vivirla con vosotros.
Y esto no es un adiós, sino un Au revoir que quiere decir hasta pronto y no una total despedida.
Y pese a que actualmente utilizamos los lazos de diversas maneras, nosotros tenemos uno azul que lucimos como bandera, orgullosos por el aprecio y honor que este conlleva.
Ahora, las lágrimas suceden a las risas. Pero no son lágrimas amargas, sino pequeñas joyas que relucen de alegría. Y su brillo es tan intenso como el de vuestras sonrisas.
Gracias por tres años que son toda una vida.
A los graduados en Magisterio Infantil del la promoción 2008-2011 de la Universidad de Murcia.
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